miércoles, 29 de abril de 2009

Esa otra familia

Dentro de la vida que surge cada día, está el encuentro con personas de diferentes edades,lugares y condiciones que comparten mi misma fe en Cristo resucitado. A todos ellos, les considero hermanos. Es bonito saber que aunque uno ha tenido que dejar a su propia familia, se encuentra con otros hermanos a quien uno puede considerar como de su familia. Los lazos de la fraternidad se hacen más fuertes incluso que los de la propia sangre.
Un modo concreto de esta vivencia de la fraternidad, es asistiendo los martes que puedo a las reuniones de un movimiento eclesial que a mí me ayuda mucho. Ya el mero hecho de encontrarte con la gente es positivo, porque me enriquece personal y cristianamente. Al finalizar este encuentro, una persona me pidió le escuchara a modo de confesión y yo le atendí con agrado. Es hermoso poder acompañar en la fe a los hermanos, estimularles en el camino emprendido.
Estas han sido las vivencias resumidas de hoy.Hoy me llegó el comentario de Andrea, una lectora del blog quien dice que llegó hasta aquí por casualidad y le hizo mucho bien leer el comentario anterior. A ti, Andrea, te agradezco tu comentario y me alegrará saber que estas sencillas líneas puedan ayudarte a orientar tus pasos en el camino de la vida. Aquí tienes este hermano a tu disposición, aquí tienes est grupo de lectores del blog a quienes puedes considerarya desde ahora como también parte de tu misma familia.
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