lunes, 17 de noviembre de 2008

Misa con café


El café estaba bueno, era sabroso. Lo mejor, compartirlo con más personas, tiene una sabor distinto. En torno a un poco de café, se nos fue hoy un rato largo, donde fuimos avanzando algo de las actividades de la parroquia.
Normalmente, al finalizar la misa ofrecemos un café a quien desee quedarse un rato a charlar y compartir. Es en una salita, junto a la misma iglesia.
Es un espacio para convivir que tiene muy buena aceptación entre las personas que acuden el domingo a la celebración eucarística.Deja siempre buen sabor de boca,no sólo por lo bien hecho que está, sino por el buen ambiente que se crea y el diálogo que surge donde aparecen temas de interés para todos los que se quedan. En ocasiones, personas que han ido puntualmente por el motivo que sea, marchan con el buen recuerdo del café.
Confieso, que somos de las pocas parroquias que realizamos este tipo de iniciativas y estoy convencido que este tipo de gestos tan sencillos ayudan mucho a conocernos, por supuesto a sentirnos miembros vivos de la Iglesia de Cristo.
Por mi parte, quienes deseen ir a mi parroquia a tomar café, quedan invitados. Incluso también a ti que me lees ahora, aunque seas de lejos escríbeme un comentario y ya veremos cómo acercarte hasta donde estamos nosotros.Como a algunos, les costará mucho ir a la iglesia, entonces que aparezcan al finalizar la misa, en el momento del café.No les voy regañar, ni me enfadaré. Ya luego, en el café, les animaremos a que lleguen antes y así se unen con la comunidad en la eucaristía.¡Qué cosas, ir a misa para tomar café!
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