Quisiera resaltar la anécdota que contaba uno de los de los 50 años. Comentaba que en su casa eran varios hermanos, y su madre siempre tuvo deseo de que uno de ellos fuera sacerdote. Este era el más pequeño, el más travieso, al que había que avisar y buscar para ir juntos a misa...Justo de quien menos esperaban, ése llegó a sacerdote. Su madre le felicitó con un gran abrazo y miles de besos el día de la ordenación y le decía a su hijo:¡Quién me iba a decir que eras tú quien iba a ser sacerdote!. Esta pequeña anécdota me hace pensar cómo Dios llama a quien quiere y de quien menos puedes esperar luego te sorprende.Los cálculos humanos no son los de Dios.
Otro acto fue la comida fraterna. En la mesa un interesante diálogo con los compañeros sacerdotes. En el trato con la gente es importante ofrecer al menos una solución, pero no ofrecer problemas ni cargas pesadas a la gente. También procurar que todos salgan con una sonrisa en su rostro... Ser pastor, aproximarse y acercarse al hombre y a la mujer de hoy con su problemática concreta.No hacerse problema con todo, sino ser más comprensivo...En fin, interesantes reflexiones pastorales que me han ayudado mucho y de las que dejo constancia aquí.
Doy gracias a Dios por mi sacerdocio, dentro de seis años si Dios quiere estaré celebrando las bodas de plata sacerdotales. Que el Espíritu del Señor me acompañe y fortalezca. También cuento con tu plegaria, a ti que me lees y me alegrará dejes algún comentario si así lo deseas.Siempre será un estimulo personal para continuar adelante con la misma ilusión del primer día.
1 comentario:
Enhorabuena por esos 6 años de sacerdote."procurar que todos salgan con una sonrisa en en el rostro" bonita filosofía. Muy distinto a lo que yo siempre encontré.
Intentaré desempolvar mi memoria, recordar esas oraciones y si Dios despues de tanto tiempo me quiere seguir escuchando le pediré que le cuide.
Un abrazo
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